La transición hacia vehículos más limpios e inteligentes está en gran medida motivada por la creciente preocupación por el medio ambiente y los rápidos avances tecnológicos.
Los vehículos eléctricos (VE) están a punto de convertirse en la norma, con estudios que sugieren que podrían dominar las ventas de nuevos coches en las próximas décadas. Paralelamente, la automatización total de la conducción representa otra revolución en marcha.
Esta evolución promete mejorar la seguridad en los desplazamientos al reducir los riesgos de accidentes causados por errores humanos, al tiempo que hace que los viajes sean más eficientes y accesibles para todos, incluidas las personas que actualmente no pueden conducir.